miércoles, 17 de octubre de 2018

AQUAMARINE – Vera Parkhutik


Editorial: Minotauro 

Año: 2009

Páginas: 352

Precio: 10-15€ (posiblemente descatalogado)

Géneros: Fantasía, Fantasía alternativa, Intriga, Ciencia Ficción

Nota:
9 / 10





Sinopsis:

El orchestrón es un instrumento musical capaz de provocar, de forma directa y con precisión, diferentes emociones en el público, y Gabriel Cherny es, de todo el mundo, quien mejor lo domina. Si Cherny siente nostalgia, tú sientes nostalgia; si se siente enamorado, notarás las mariposas en tu estómago; si está deprimido, no serás capaz de levantarte de tu asiento. Ése es el poder que el orchestrón evoca en manos expertas, y las de Gabriel saben muy bien qué hacer. 

Pero un pasado oscuro envuelve al artista, y será el periodista Cody Well quien se adentre en los secretos de la empresa Emociones Líquidas para investigar hasta qué punto es capaz la música de manipular la mente del ser humano. 



Reseña:

A este libro le tengo especial cariño, ya que fue un diamante encontrado entre montones de arena. Forma parte de mi colección de “libros-raros-que-no-han-pegado-el-petardazo-no-entiendo-por-qué-si-son-la-hostia” y, como te puedes imaginar, me encanta. 

Tenemos entre manos una curiosa mezcla de géneros, el de la ciencia ficción futurista con la intriga más clásica de detective en busca de respuestas. Y aunque suene un poco raro así a priori, te aseguro que a Parkhutik le ha salido muy muy bien. 

Vera Parkhutik
Empezaré por lo más “flojo” y dejaré el plato fuerte para el final. 

Los personajes están bien construidos, aunque sí que es cierto que no se salen mucho del tiesto, pero aunque tiran más hacia el estereotipo que hacia la originalidad, el cliché a veces funciona, y en esta novela no se necesita más. Con Weil como detective aficionado, Cherny como artista atormentado y Fally como la dama en apuros (figura obligatoria en este tipo de tramas) Vera consigue crear un mapa suficientemente decente como para desarrollar la historia sin que quede forzado, apoyándose en un ritmo ágil y trepidante, muy típico también de las novelas de misterio y no tan fácil de conseguir con éxito. 

Te preguntarás cuál es el punto fuerte. Si no es la trama, ni los personajes (ni mucho menos la portada, vamos a ser sinceros), ¿qué tiene este libro que lo hace especial? 


La idea. 

¿Hasta qué punto es capaz un sonido de alterar nuestra percepción de la realidad, de manipular nuestra mente? ¿Puede la música llegar a provocar un trastorno mental? ¿Puede alguien llegar a suicidarse por haber escuchado una melodía? 

Qué. Pedazo. De. Idea. 

A todos nos afecta la música. Es algo contra lo que además no podemos luchar, algo de lo que no podemos huir (podemos cerrar los ojos, pero no los oídos). Y el efecto puede ser positivo o negativo. ¿Cuántas veces has estado de bajón y al poner una canción te has ido sintiendo mejor? ¿Y cuántas has estado fenomenal hasta que has escuchado una canción que te ha puesto melancólico en un santiamén? Esto es sólo una pequeña muestra de lo que la música es capaz de hacer a las emociones humanas, y Parkhutik ha sabido explotar esta idea llevándola a los límites. Porque vivimos en una sociedad que nos bombardea visualmente, pero ¿qué ocurriría si se diesen cuenta de que también pueden hacerlo auditivamente, y sin que nos demos cuenta de la manipulación? 

No sé, la idea me ha parecido brutal. Sin asomarse a un futuro avanzadísimo tecnológicamente para dar peso al argumento, como es lo habitual en la ciencia ficción, la autora nos presenta un futuro medianamente cercano y semejante a nuestro presente, pero con un concepto que de tan sencillo, asusta. Sobre todo teniendo en cuenta que experimentos relacionados con el sonido y las conexiones neuronales que puede provocar ya están siendo puestos en marcha (si tienes curiosidad googlea I-Doser). 

En fin, no me explayo más. Es un libro que te recomiendo sin duda alguna, aunque como suele pasar al tratarse de una novela que ha pasado desapercibida para la masa, sea pelín difícil de conseguir.

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