LA TEORÍA DE LOS MUCHOS MUNDOS – Christopher Edge

Editorial: B de Blok

Año: 2017

Páginas: 229

Precio: 12€

Géneros: Juvenil, Infantil, Física Cuántica, Mundos Paralelos

Nota: 6.5 / 10





Sinopsis:

Albie es un niño que ha perdido a su madre, y que encuentra en la física cuántica la forma de recuperarla. Con un contador Geiger, un ordenador cuántico y un plátano pocho, Albie encontrará la forma de viajar a través de distintas realidades paralelas, en busca de aquella en la que su madre siga viva. Pero no contaba con los “cambios pequeñitos”, que se han producido en cada una de ellas... 

Reseña:

Bueeeeenooo…..

Mira, mejor te lo digo al principio que al final de la reseña: este libro me ha gustado, pero el final me ha decepcionado. Tranquilo, no te voy a hacer spoiler, pero la sensación que tengo después de leerlo es la de haber estado caminando por un bosque y de repente, cuando ves que el bosque va a terminar, dar un paso y caer por un barranco. Así, literalmente. Y ése es el motivo por el cual la puntuación es tan baja. Pero, como siempre, se trata de una opinión personal. A lo mejor tú lo lees y te parece un final ajustado y apropiado. A mí me ha chafado tremendamente. 

Christopher Edge

Tenía un buen arranque. Con un punto de vista científico, aborda el tema del duelo como algo esperanzador (aunque se trate de la negación), y sin el tono lacrimógeno que esperas encontrar cuando sabes que la novela empieza con la muerte de alguien. Es en cambio un libro bastante emotivo y tiene toques de humor que te sacarán la sonrisa. Acompañando a Albie a través de los muchos mundos, podemos darnos cuenta de que una realidad alternativa a la nuestra, a pesar de que suene esperanzador, puede ser mucho peor, y eso que vamos acompañados de un plátano semi podrido. 

El libro está bien escrito, y se hace súper ameno. Además en realidad es bastante cortito, por lo que lo puedes leer fácilmente en una tarde. En relación a la temática, eso sí, no es nada nuevo: madre amorosa que se va demasiado pronto, y padre totalmente ausente. Bien llevado, sí, pero nada original de fondo.

Lo que sí me ha gustado mucho es cómo el autor nos transmite la idea de inocencia. Porque vamos a ver, si tú eres capaz, con tres cosas que tienes en casa (cuánticas, sí, pero que son cosas que pillas de tu habitación) de viajar entre universos paralelos, cuando finalmente llegas te quedas flipado. Totalmente alelado. Vamos, que no te crees que lo hayas conseguido. 

Para un niño esto no funciona así. Albie está decidido a encontrar a su madre, y sabe que si su experimento funciona, lo va a conseguir. ¿Que de repente está en una realidad paralela abrazado a un plátano? Ni asomo de sorpresa. Porque para un niño no hay nada imposible. Porque todo es igual de alucinante, desde viajar entre mundos hasta ir a zoo y ver que las jirafas tienen el cuello súper largo. 

No obstante, sigo con el amargor del final precipitado, por lo que no puedo subir la nota. Pero es cierto que está bien escrito, es entretenido, y fácil de leer. Así que si quieres algo ligerito te va a gustar.